El salvaje de Aveyron es la historia real de un chico que fue encontrado en un bosque, cerca de la ciudad de Aveyron en Francia, a los aproximados, 12 años de edad. Aparentemente fue abandonado por sus padres desde muy pequeño. No sabía hablar, caminaba como un mono, se alimentaba de lo que podía conseguir en el lugar (raíces frutos y bellotas) y apreciaba la libertad en la que había crecido y sobrevivido.
Un médico lo lleva a su casa y experimenta con él. Lo hace estudiar día y noche, trata de enseñarle a hablar, a comer, a caminar en posición erguida, etc. Logra muchas cosas, pero nunca logra que hable. Cuando el médico decide terminar con el experimento, el mal llamado salvaje y apodado Víctor, se queda con una mujer; el ama de llaves del doctor. Ella lo cuida hasta su muerte a los 40 años de edad.
¿Qué es lo significativo en esta historia? Primero podríamos discutir quién es el salvaje. Aquél que se hace cargo de alguien y luego lo abandona. Aquél que lo hace esforzarse hasta su explosión. Aquél que no puede entender que ese pre adolescente tiene sentimientos. Aquél que usó a un ser humano para probar su hipótesis. O aquél que sobrevivió como pudo, aislado y sin contacto humano por alrededor de 8 años.
A veces habría que pensar acerca de las etiquetas que les ponemos como sociedad, a lo distinto; aquello que no es igual a nosotros, eso que no conocemos.
Por otro lado, qué hubiera sido mejor para ese chico. Nunca lo sabremos porque aun hoy no hay lugares para analizar que es lo mejor para ellos, a pesar que se siguen encontrando casos.
Víctor no pudo adquirir aquello que no le fue transmitido en su primera infancia; esa fue la conclusión a la que llegó el doctor. Pero pudo comunicarse a su manera con quienes lo cuidaban. Esta es una historia real del siglo XIX. Aun hoy quedan más preguntas que respuestas.